martes, 7 de febrero de 2017

ES... MI OPINIÓN, LA COLUMNA DE PATRICIO AGUILAR DELGADO

Se fue una jornada más en la Liga Mx y el Puebla sigue sin poder ganar. La llegada de Saturnino Cardozo si ofrece un cambio, el equipo sí jugó diferente pero sigue con las carencias que le terminaron costando el trabajo a Ricardo Valiño.

Lo anterior solo confirma que no del todo, el técnico era el culpable del mal paso del equipo. Hay muchos vicios que costará trabajo erradicar, sobre todo, de actitudes y concentración.

La presión de la carencia de resultados empieza a hacer mella en algunos de los integrantes del plantel pues a pesar de que por lapsos se esfuerzan, al final no obtienen la recompensa que desean.

El duelo ante el Atlas dejó ver que pueden mover un poco mejor la pelota pero también dejó en evidencia las incapacidades de muchos a la hora buena.

Opciones para ganar el partido sí tuvieron. ¿Qué más posibilidades que un penalti, qué más posibilidades que ir ganando al minuto 92?.

La falta de concentración volvió a cobrarles factura y quien falló ahora fue quien normalmente los rescata.

El error del portero Christian Campestrini en el último instante del partido es el reflejo precisamente de lo que comento previamente, la presión empieza a hacer mella y no están sabiendo controlarla.

Un error efectivamente lo tiene cualquiera, lo malo es el momento en el que se presenta, con un balón de rutina para un arquero de la calidad de Campestrini.

Se equivocó y punto. Tan pesado su error como el penalti fallado por Canelo.

Cansado de la crítica

Al término del partido el guardameta salió a la zona mixta a mostrar su enojo y su tristeza. El enojo por el yerro cometido que le costó al equipo el triunfo y tristeza porque dice le duele que el público lo critique y le exija.

Es momento de aguantar vara. Dirían en la jerga. No es momento de quejas y reclamos, sobre todo cuando NO han ganado.

Las actuaciones del equipo no son como para salir y pedir calma, sino para salir y ofrecer compromiso y buenas actuaciones. No las han tenido.

Claro que el público se acuerda de la goleada con Xolos, de la manera tan burda cómo se equivocaron los jugadores en ese partido, de la forma en que dejaron le orgullo en el vestidor y salieron a ofrecer nada.

Siempre hay alguien que termina entregando el momento y como consecuencia, el resultado.

Dice Campestrini que llora porque le importa el equipo. Okey le creo.

Dice que ya no va a declarar nada porque lo critican y lo responsabilizan de los errores. Bueno, si quedarse callado le va a permitir estar concentrado, ¡venga!... que lo haga y quizá muchos otros podrían seguir ese ejemplo.

La duda de Cardozo

Es evidente que las contrataciones de los refuerzos no fueron buenas. Hasta el momento ninguno ha siquiera mostrado algo del nivel que deberían tener para ocupar un lugar en el equipo.

¿Hasta cuándo será que se pueda ver al menos a uno en un buen nivel?. Urge que salgan ya a dar la cara.

El mismo Cardozo puso en duda el nivel y evidenció la mala decisión de traer a un ejército de extranjeros a medio Torneo a robar oxígeno.

Conste que no lo dije yo, luego se me sienten.


Nos leemos en este espacio la próxima semana, mientras tanto nos vemos de lunes a viernes en Las Noticias de la Mañana a las 5:50 am por Televisa Puebla / Sígueme en twitter y facebook como @patoaguilar73 y opina.