Y
finalmente sí fue un ¡Ay nanita!, vienen las Chivas.
Guadalajara
no sólo se adueñó del estadio Cuauhtémoc sino también de las acciones del juego
contra Puebla. De principio a fin.
La
Franja no atinó a reaccionar en ningún momento. Ni siquiera pasó por una
posibilidad real.
Debo
confesar que cuando vi la alineación que mandó Pablo Marini al campo, pensé que
podrían hacerlo. “ok, me gusta que ofenda… pero se ve desprotegida en medio
campo”… y como fue.
Chivas
se dio cuenta que los hombres ofensivos de La Franja no tienen labor de
sacrificio, no están acostumbrados a apoyar las labores de recuperación de
pelota y mucho menos a correr una y otra vez para bajar a marcar.
Ahí
fue donde los de Almeida encontraron la clave para ganar el partido.
Presionaron desde la salida y provocaron los errores, las equivocaciones, los
robos de balón que culminaron dentro de la portería de Villaseñor.
Hubo
cuatro contragolpes de Chivas en los cuales, Alustiza, Navarro, Escudero y
Hobbit caminaban literalmente, ¡regresaban caminando!, increíble.
Marini
no ajustó pronto, siguió pensando que podía lograr algo con ese parado pero la
realidad es que ni siquiera estuvieron cerca de emparejar, ya no digamos el
marcador, sino en movimientos, coberturas e intensidad.
Chivas
se veía como un equipo poderoso, fuerte, dinámico, potente, implacable… y ¡por
favor!... está muy lejos de serlo.
Los
errores en salida, en entrega de pelota, en toques y pases cortos, hacían ver a
los camoteros como un equipo miedoso y temeroso de lo que podría suceder si se atrevían a algo.
Que
Chivas tiene talento, seguro. Pero que los
locales se confundieron más de lo normal y que nadie los ayudó a salir
del error… también.
De vuelta al
descenso
Mucho
se insistió en que debíamos dejar de hablar de descenso cuando nos refiriéramos
al Puebla, porque después de la campaña pasada de veintitantos puntos, se tenía
un colchón lo suficientemente grande sobre Chivas y Morelia para pensar
solamente en la palabra “clasificar”. Ya vimos que no. La palabra les pesa.
Ese
colchón se ha esfumado. Chivas y Morelia se han puesto ya a una cercanía que
inquieta, que les preocupa, que les abruma. Aunque se intente decir que no y
tratar de mover la mirada hacia otro lado.
Es
imposible. Puebla vive para estar constantemente presionado por la porcentual.
Pensar en serio en ser de los mejores, pesa demasiado.
Los cambios
Hace
5 partidos Ignacio Ambriz era el menos querido en América porque sus resultados
no daban aspiraciones de nada. Hoy la perspectiva ha cambiado, la opinión de
muchos también. América está ya en la final de la Concacaf y es segundo
peleando con todo a Monterrey.
Hace
5 partidos Matías Almeyda estaba ya con un pie fuera del Rebaño porque no daba
una. Hoy, tras la reacción hasta dicen que es un “gusto ver jugar a Chivas”
Hace
6 partidos Pablo Marini, era el gran técnico. El que había devuelto el alma y
la categoría al Puebla, ¡vaya!, hasta contrato multianual le que rían ofrecer.
Hoy es duramente criticado porque han ganado 4 puntos de los últimos 18 en
disputa.
¡Ah
caray!, esos números son LAPIDARIOS.
Las faltas de
Matías
Se
la hizo a Nahuel contra Tigres y le mostraron solamente la amarilla cuando la
barrida de Alustiza sobre el portero era merecedora de la roja directa, al
silbante le dio frio sacarla y se salvó.
Se
la hizo ahora a Carlos Cisneros, igualita, se deja ir desde que el rival tiene
la pelota. El lance con fuerza desmedida y las piernas forma de tijera al
momento que el rival la toca. Ahora sí al silbante no le dio y frío y lo echó.
Con
razón Nahuel se lo quería comer vivo. Era de roja desde aquella vez.
La Frase
“Hay
liga en España e intentaremos por todos los medios darle la vuelta a estos
cuatro puntos. No depende al cien de nosotros pero no puedes dejar ir una
oportunidad como esta. Haremos lo nuestro y que el futbol decida”, Cristiano
Ronaldo con el Madrid a 4 puntos de distancia del Barcelona.
Nos
leemos en este mismo espacio la próxima semana mientras tanto, los espero de
lunes a viernes a las 5:55 am en TV3 Noticias, a través de TV3 / Sígueme en
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