Buena racha o la mejoría es real?
Aunque el arranque del Torneo Guardianes 2021 de la
Liga Mx se parecía, y mucho, a cualquier otro de los últimos que ha disputado
Puebla, torneos en los que iniciaba prometedor y poco a poco se iba desinflando
como globo, con el paso de las jornadas la escuadra que dirige Nicolás Larcamón
se ve cada vez mejor, al grado que ha dejado de ser ese equipo que,
inicialmente, apostaba por aguantar su portería virgen lo más posible, y, en la
medida de las circunstancias, ocasionalmente se animaba a ir al frente para
buscar un gol que, sí lo llegaba a concretar, sabíamos que lo que venía era
encerrarse a piedra y lodo para defender esa anotación, cosa que a veces
funcionaba, pero muchas otras no.
Quiero pensar que en ese entonces, el jugador no
sentía que el técnico en turno confiara en su capacidad de resolver las
situaciones que se le presentaban y por ello prefería hacer lo que le indicara
el estratega, sin salirse ni un centímetro de lo ordenado.
Dicho de otra manera, el jugador percibía un sueldo
determinado y en la cancha se limitaba a cumplir con lo que le pedía el
técnico, sin aportar esa capacidad extra que separa a los buenos futbolistas,
de los verdaderos cracks,y a los equipos que participan, de los verdaderamente
competidores.
Todo ello bajo el acostumbrado pretexto del
técnico, en el sentido de que contaba con un plantel limitado que no podía
aspirar a más.
Bajo esa lógica, y recordando que del torneo
anterior a este, Puebla tuvo bajas importantes de jugadores, varios de ellos
titulares, tendríamos que concluir que este plantel es todavía más modesto que
el del Guardianes 2020.
Entonces.. ¿Por qué luego de 10 partidos, la franja
ha logrado 4 triunfos y 4 empates y solamente ha perdido 2 encuentros? ¿No
suena raro?
Humildemente les daré mi opinión: creo que la mano
del técnico se nota en este plantel, porque a la organización llegó un tipo que
sin nombre alguno en el fútbol mexicano, trajo su proyecto bajo el brazo con la
idea de que podía lograr lo que hasta ahorita ha hecho, y, afortunadamente, no
se encontró en el camino con alguien que le dijera que su proyecto estaba
destinado al fracaso porque no podría plasmarse en un equipo “limitado”, como
no se cansaron en vendérnoslo torneo a torneo.
Solamente llegó y le hizo saber a los jugadores su
concepto futbolístico y la manera como lo aplicaría, siempre contando con la
colaboración de cada uno de ellos, potenciando sus virtudes en la cancha.
Y el resultado se ha
traducido en números que nos dan a pensar que se podrá alcanzar la liguilla sin
problemas y, ahora sí, trascender.
El crecimiento de Ormeño.
El mejor ejemplo de que la llegada de Nicolás
Larcamón ha impactado en sus dirigidos lo representa Santiago Ormeño.
Que el jugador aprovechó un vídeo juego para que la
gente supiera de él, es cierto. Se volvió un tipo mediático. Y en consecuencia,
el técnico en turno, Juan Reynoso, casi se vio obligado a hacerlo jugar en el
primer equipo, y el futbolista empezó a aprovechar la oportunidad.
Pero con todo y que tuvo un buen torneo en el 2020,
es un hecho que técnicamente el muchacho ha trabajado mucho y ha elevado su
nivel como lo demuestra la calidad de goles que este torneo ha hecho. Ya no es
el oportunista en el área, no, ya es un hombre que se adelanta a la jugada, la
lee, se ubica, y cuando le llega la pelota, ya no es el que dispara por
disparar, no, ya piensa doce veces en qué momento encontrará el espacio para
anotar y eso, en parte, tiene qué ver con la confianza que le da el técnico y,
sobre todo, en su deseo de trascender ahora que ha recibido la oportunidad de
jugar en la primera división.
Por ahora es todo.
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