Una final y una copa más. Las Franjitas extendieron su
romance con los títulos y dejaron en claro que nacieron para las grandes citas.
Si en el cotejo de ida lucieron faltas de rodaje o
futbol, en la vuelta se comieron a La Noria en Los Olivos para llevarse el
partido 3-1 y darle vuelta a la eliminatoria por global de 4-3.
Las Franjitas representarán a la zona en la fase
nacional de la Liga Scotiabank como en 2017, pero con el anhelo de ir más allá
de la ronda de semifinales.
Aunque el contundente triunfo tampoco careció de
sufrimiento, pues las cosas se complicaron cuando a los ocho minutos recibieron
un gol prácticamente de vestidor, el cual acercaba a las de La Noria al cetro.
El 1-0 en contra invitaba a la epopeya, a una hazaña
digna del recuerdo.
Y ahí emergió la figura de Marian Castro, quien peleó
como si su vida se hallara de por medio en el agregado del primer tiempo un
balón suelto a la altura del manchón de penal, el cual ganó y prendió para
mandarlo al fondo de la redes.
La esperanza se avivaba, pero las dueñas de la casa la
debían de alimentar en complemento.
A Fernanda Gálvez le bastó con escuchar el silbatazo
de reinicio para levantar la mano y hacer suya la banda derecha para lanzarse
por la gesta. Con la gloria por delante llegó hasta la línea de fondo, donde
sirvió hacia atrás a la entrada de Marian Castro… el resto, historia conocida:
“gol, gol, gol”, reveló la grada de Los Olivos.
El tanto empataba el global y cambiaba el momento del
partido.
Franjitas crecía y lucía peligrosa en cada llegada,
pero sólo faltaba la certificación en el tanteador, la cual llegó vía tiro de
esquina: Elena Sainz centró en dirección a la testa de Carmen Taboada para
coronar la voltereta.
La historia se conoce ya: una final más… un cetro más.