Las
manos de Saúl Rivera Carrillo comunican sus deseos: a través de la defensa
dentro del ring, o bien en la creación de líneas y curvas que dan forma a
sus diseños y planos. En el cuadrilátero se ha forjado su mayor anhelo: ser
campeón mundial de boxeo; mientras que la universidad le permite perfeccionar
técnicas y conocimientos que le darán un segundo título, el de arquitecto.
Cuando era niño, Saúl Rivera,
estudiante del sexto semestre de la Licenciatura en Arquitectura de la BUAP,
solía visitar los gimnasios porque su padre lo llevaba a ejercitarse, pero él
más bien gustaba de jugar y divertirse. Ahora, con 23 años de edad, su
disciplina y constancia lo colocan como una promesa en el box profesional
mexicano; su aspiración es llegar a ser un campeón mundial.
“Cuando iba al gimnasio para mí era
prácticamente un juego, después vi las peleas en la televisión y empecé a hacer
referencias con los aparatos y guantes. También contribuyó que mi papá fue
boxeador profesional y tenía sus fotos; todo eso encendió una chispa en mí por
este deporte y cuando me subí al ring por primera vez para hacer sparring box, me gustó tanto la sensación y
esa adrenalina, que poco a poco me fue ganando y cuando menos lo pensé ya
estaba muy comprometido”.
En ese camino las cosas no han sido
fáciles, reconoce, pues requiere de tiempo, disciplina y algunos sacrificios,
pero no lo hacen desistir de su pasión: el boxeo. Para hacer frente a los
retos, tanto en el cuadrilátero, como en la universidad, Saúl se vale del apoyo
de su familia, sus entrenadores, pero también de sus profesores, directivos y
compañeros universitarios; con ellos trata de compartir las clases, pero
también sus triunfos como deportista.
“Ya son años de mucho esfuerzo, de
horas de entrenamiento, muchos kilómetros recorridos para adquirir condición.
El boxeo es un deporte complicado, pero cuando se hace algo con amor y con
pasión le encuentras el sentido y todo se hace más llevadero; las cargas se
vuelven ligeras. En mi caso, todos los días me levanto con una idea, la de
llegar a ser campeón mundial, por eso entreno y cada vez que tengo una pelea la
veo como un objetivo que tengo que librar para que esa meta se cumpla”, afirma
Saúl, “El Matador”, Rivera, como lo nombran.
Alejado de los estereotipos, el
joven pugilista siente fuera del cuadrilátero una gran atracción por el arte,
de ahí su decisión de estudiar Arquitectura. Esta carrera, afirma, será otra
oportunidad para triunfar, es parte de la filosofía de vida que le ha inculcado
el deporte: “ser el mejor en cada una de las cosas que hace, en los deportes,
en el estudio y en la vida, como ser humano”.
En su gusto por el arte resalta la
inclinación que siente por las edificaciones históricas, por esas grandes
construcciones que dan forma a otras épocas, culturas y maravillas del mundo. En
ese sentido, Saúl Rivera también refiere la riqueza cultural de su lugar de
origen, Puebla, donde las expresiones del barroco y la fusión cultural tienen
diversas manifestaciones, entre estas la técnica de talavera, una de sus
preferidas, con la que buscará fusionar sus diseños en la construcción.
A futuro, asegura, la intención es
dejar historia en el deporte, pero también en lo académico y profesional. “En
mis planes está dedicarme al boxeo y cuando esto termine, dedicarme a mi
carrera de arquitectura, para seguir destacando, porque estoy seguro de que no
hay meta imposible, siempre y cuando haya trabajo y dedicación, disciplina y
pasión”.
Al hablar de las figuras del boxeo
que más admira, Saúl Rivera no duda en mencionar a Carlos Zárate, considerado
uno de los grandes noqueadores de todos los tiempos y quien además es su
padrino, algo que considera un honor. En la categoría de “peso mosca”, le
gustaría enfrentarse a “El Gallo Estrada”, otro pugilista que admira y respeta.
“Mi noche ideal será cuando llegue
a pelear por el título mundial; ahí me gustaría ver a mi gente y a la comunidad
universitaria apoyándome, contar con ellos, aunque a veces esté lejos, ha sido
muy gratificante porque ponen sus esperanzas en mí”.
Saúl, “El Matador”, Rivera, quien
como amateur tuvo 22 peleas, de las cuales ganó 21 por knockout, se enfrentará como profesional al
pugilista Andrés Galindo, en la Arena BUAP, este 30 de abril, donde también
pelearán el campeón de Asia-Pacífico Hironobu Matsunaga y el experimentado
Jhony, “Vaquero”, Navarrete.