martes, 8 de noviembre de 2011

EXPLOSIÓN DEPORTIVA, LA COLUMNA DE PATRICIO AGUILAR

La frustración que hizo presa de Yadira Lira en la final de  los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 al quedarse con la medalla de plata ante Brasil por decisión, fue compensada… ¡y de qué manera!.. con el Premio Nacional del Deporte.

Cuando la poblana llegó a México luego de ganar para nuestro país el Campeonato Mundial de Karate por segunda vez, lo primero que comentó fue: “quiero ganar el Premio Nacional del Deporte”.

Era un sueño que muchas veces y por tratarse de un deporte no de programa Olímpico, es demeritado por los jueces que eligen este distintivo.

Para esta edición, dieron el justo valor a un logro que pocos en México pueden presumir. Ser la única en contar con tres medallas de Campeonato Mundial, dos de ellas… de oro.

Independientemente de que este deporte sea o no de programa Olímpico, el merecimiento es justo, porque aunado al logro obtenido este año, la trayectoria de Yadira, respalda el reconocimiento.

La competidora que siempre y bajo cualquier circunstancia pone a Puebla y a la BUAP por delante en sus competencias, tiene en su palmarés también, medallas de Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Copas del Mundo, Campeonatos del Mundo, Campeonatos Nacionales y los respectivos regionales de su deporte, el karate.

Luego de seguir por varios años de cerca, la carrera de esta deportista, viene a mi mente una historia que vale la pena recordar.

En una ocasión, terminando un Panamericano, Yadira quedó con las costillas fisuradas, rasguños en el rostro, una fuerte lesión en la pierna y un ojo tremendamente lastimado, cerrado, morado.

De inmediato, el reclamo familiar fue: ¡retírate!... ¡qué necesidad tienes de exponerte de esa manera!. En ese momento, la situación pasó por su mente. Sin embargo el espíritu que la mantiene y esa fuerza interna que la levanta una y otra vez, le impidieron hacerlo.

¡Voy por mi sueño!, dijo. Y lo cumplió. A los pocos meses, ganó el Campeonato Mundial de Karate.

Así la vida y los momentos, así las historias de triunfo, así las historias de éxito.

Cuando el reconocimiento llega, todo se olvida. Los viajes, los meses de concentración, los sacrificios, los abandonos, esa tremenda lucha en contra de la soledad y el tiempo lejos de Yoshi, su hijo.

Al final, mi estimada Yadira, ha valido la pena. Celébralo, disfrútalo, compártelo con quienes de verdad han creído en ti, a pesar de los pesares. Tu familia, tus hermanas, tus maestros… lo demás… es lo de menos.

Motivación y ejemplo

Este tipo de historias son las que le dan forma a este fascinante mundo del deporte.

Quién iba a imaginarse que una de las historias de motivación que llegaron a los  oídos de Matilde Alvarez Sierra en el complicado momento que vivió luego del 100 m individual en Guadalajara, fue precisamente ese duro episodio vivido por Yadira.

Matilde escuchó atenta, lo asimiló, lo escucho y levantó la cara para seguir, para encarar lo que viene. Para buscar ser también, una ejemplo a seguir.

Admiración compartida

Yadira nunca ocultó en charlas entre amigos, la admiración que tiene por la carrera deportiva y la historia de vida de otra poblana exitosa: Ariadne Hernández… igualmente, mujer atrevida, madre, responsable de familia, deportista y multi medallista.

Hoy, la vida quiere que ellas sean las dos únicas mujeres de Puebla, que son Premio Nacional del Deporte.

De sueños

Vale la pena entonces… tomar los momentos duros, de angustia, de miedo, de tristeza, de tensión y de desesperación, como la puya que saque adelante el espíritu y el alma. Al final, si se mantiene la ilusión intacta y alguien toma tu mano y no te suelta… la vida premia con los momentos más grandes de felicidad. Es una promesa.

 Escuche Explosión Deportiva de lunes a viernes a las 9.00 horas, a través de 1010 AM Punto 10 Deportes.