¿Será inversamente proporcional la alegría por ganar que la frustración por perder?
Difícil de saber. Sobre todo cuando el no poder ganar o perder, que es lo mismo, se vuelve una mala costumbre. El fin de semana tres muestras de ello.
Tigres luego de 29 años celebró con todo el campeonato ganado a unos Santos que a la mera hora no supo siquiera acercarse al control que mostraron los de Ferreti.
Tigres dominó a liguilla a como quiso. Que pasó apuros, pues es normal, enfrente hay otros once que soñaban con lo mismo pero que no tuvieron ni siquiera cercanamente los arrestos para tratar de imponerse.
Ganó quien hizo los méritos para lograrlo y ese fue Tigres. La celebración fue merecida, una ciudad de cabeza porque desde hace mucho, esta afición no ganaba un título, y vaya que les hacía falta.
Del otro lado, la frustración de no lograr el objetivo. Pero lo peor es que ni medianamente estuvieron cerca de hacerlo. Era cuestión de tiempo.
Esa frustración y esa “prisa” por resolver las cosas a su modo, hizo que gente tanto peso como Oswaldo y Baloy, fueron la muestra de que Santos no tenía el empaque de Campeón.
Una final más a la que llega y una final más que pierde. Es lo malo de malacostumbrarse.
¿Que Galindo cambió al equipo?, ¿que Tigres sufrió un poco?, ¿Qué iban ganando el de vuelta?... pues sí... pero no ganaron, y la historia habla siempre del Campeón. No más.
- Esos Vaqueritos
Llevo dos fines de semana disfrutando plenamente los partidos de los Vaqueritos de Dallas. Y digo disfrutando porque esa es realmente la palabra.
Ver cómo se emocionan, cómo se aplauden, ver su rostro de felicidad, ver cómo Tony Romo se siente Aikman y de pronto… ¡pierden el partido!
¡No bueno!... ¡qué delicia es ver sus rostros transformándose en una expresión de molestia, tristeza y enojo.
Ver cómo su head coach se queda mudo, cómo su pateador la vuelve a fallar, y cómo su coordinador defensivo se traga la vergüenza de saberse responsable de una derrota más.
Porqué más allá de los errores de su pateador, deberán fijarse en su defensiva. La misma que ha dejado ir dos partidos ganados en los últimos minutos y sobre todo, de la manera en que se les han escapado. Obviamente deberán trabajar y platicar con sus equipos especiales, les urge.
Presiento que el señor Romo, no sabrá lo que es pararse en un Superbowl y menos ganarlo. Shhhh! No le diga a nadie, pero… ¡qué bueno!. Ja ja ja
- El Derby según la UDLA
Y viene la dosis de ardor. Ja. ¡Ay ese Madrid!... nomás no ayuda.
Si el departamento de boletines deportivos de la Universidad de las Américas, sí, de la UDLA… sí de los que escriben los boletines de los Aztecas, hubieran realizado el boletín del partido de la derrota 3-1 del Real Madrid y Barcelona, seguro sería como a continuación.
“Al final como partido tras partido que se enfrentan estos dos representativos, el que gana no es el que anota más goles, sino la afición Merengue que se dio cita en gran número en la tribuna para presenciar en el Santiago Bernabéu al Real Madrid y rendirle admiración a este grupo de buenos jugadores”
Me quedo con esa. Es brillante en verdad. Según la filosofía Aztecoide, ganó el Madrid que llevó más gente a la tribuna de su estadio. ¡Faltaba más!. Ja ja ja
- Marca personal
La que hace el corazón al sueño que se persigue. El que tarde o temprano se logra, al que se aferra, el que te hace diferente, el que te hace finalmente levantar el trofeo de Campeón.
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