Atlixco,
Puebla.- El boxeador poblano Flavio Hernández Melgarejo se proclamó campeón
Intercontinental UIBC (Unión Internacional de Boxeo de Campeonatos) de la
división Súper Gallo, el cual estaba vacante, luego de derrotar por nocaut
técnico después de seis rounds al veracruzano Javier “El Potro” Márquez
Clemente, quien se negó a reanudar la contienda en el séptimo episodio. Esta es
la tercera corona que se adjudica el “Yuyo”.
Desde el
arranque de la contienda, que se celebró en el centro de espectáculos New York
Light, la acción fue dominada por el poblano, quien se desplazó mejor, soltó
los guantes y aunque sus golpes no mellaron a su oponente, sí le permitieron
contabilizar puntos a favor.
En el tercer
asalto, el originario de Teziutlán, pero avecindado e hijo adoptivo de la
ciudad de Atlixco, se vio más asentado y desenvuelto sobre el cuadrilátero, lo
que le permitió soltar con más contundencia y precisión su metralla.
Incluso con un
gancho al hígado hizo caer al veracruzano, quien tras unos cuantos segundos de
conteo se levantó de la lona para reanudar entonces un intercambio de golpes,
el cual cesó cuando sonó la campana.
En el cuarto
round, una vez más, el púgil local hizo caer sobre el entarimado a su oponente,
quien otra vez esperó la cuenta máxima para encararlo. Producto de los golpes,
que con ambos puños soltó el “Yuyo” Hernández, le produjo un corte en la parte
inferior de los labios.
Producto de la
refriega y el ritmo que le impusieron al combate en los asaltos previos, en el
quinto poco hubo que contar, ya que uno y otro se tomaron un receso para
renovar bríos.
En el sexto
asalto, Flavio Hernández conectó otra tanda de golpes empleando una y otra
mano, que dañaron más al “Potro”, por lo que fue necesaria la revisión del
tercero sobre las cuerdas. Pese a ello se dio la anuencia para seguir la pelea,
pero el jarocho desistió.
Al término,
Flavio Hernández comentó que a pesar del triunfo no estaba satisfecho al cien
por ciento, ya que su objetivo era tumbarlo para no dejar dudas de su victoria.
“Estoy
contento, pero no satisfecho. Este triunfo se lo dedicó a mi hija Valeria, a
mis padres y a mi afición. Ahora hay que descansar unos días, pues en puerta
hay un compromiso en Acapulco y después planear la posibilidad de disputar un
título mundial”, concluyó.