LOS TIPOS DE ESTRÉS Y UNA MANERA DE COMBATIRLOS
ESTRÉS AGUDO
Es el tipo de estrés más común,
surge de las exigencias del pasado y presiones del futuro cercano. Provoca
enojo y ansiedad. Se manifiesta con dolor de cabeza, tensión en la mandíbula,
contracturas musculares y/o problemas estomacales.
ESTRÉS AGUDO EPISÓDICO
Quienes la padecen suelen tener
una vida desordenada. Asumen muchas tareas y responsabilidades, por lo que les
es difícil organizarse. Sus síntomas son: agitación, migrañas, hipertensión,
dolor en el pecho y enfermedades cardiacas.
ESTRÉS CRÓNICO
Desgasta a las personas día tras
día durante un largo plazo. Es el estrés de las presiones implacables durante
periodos aparentemente interminables, la pobreza, verse atrapados en
situaciones infelices o incluso en un empleo que se detesta.
Una alternativa sencilla y al
alcance de todos para reducir el estrés es un masaje, podrá sonar un tanto
simple, pero un masaje bien aplicado, es capaz de relajar los músculos,
favorecer la circulación sanguínea, regular el ritmo cardiaco, barrer las
sustancias de desecho y reconfortarte anímicamente.
Un masaje relajante, es distinto
a los demás tipos de masajes desde el proceso de desintoxicación previo, hasta
por las sustancias de desecho que están en el cuerpo, sobre todo de los deportistas,
quienes acumulan ácido láctico en cada actividad física que realizan. Después,
se generan las condiciones adecuadas para la relajación y acelerar la
recuperación.
En este tipo de masajes, se
utilizan aceites orgánicos con aromas suaves que no cambian el del propio
cuerpo, con bases de semillas, cortezas, flores, algas, frutos, con efectos
inmediatos y duraderos. Cuando se comienza el masaje, se hace con diversas presiones.
Si lo que buscas mejorar tu
rendimiento, afrontar con mayor solvencia tu día y dormir mejor, el masaje anti
estrés es una buena herramienta para ti.
Recuerda que la salud es la
riqueza más valiosa del ser humano. Hasta la próxima.