Lo
que inició como un juego con su hermano mayor, para despistar a sus padres de
que le interesaba el deporte, terminó convirtiéndose en su pasión y hoy le
brinda satisfacciones y le permite conocer a personas, tradiciones y culturas
del país y el extranjero. Para Andrea Margot Avelino Barrientos, Premio Estatal
del Deporte 2022, el deporte la acompaña desde la infancia y tiene claro que es
su camino.
En
10 años de trayectoria deportiva, la estudiante del tercer semestre de la
Licenciatura en Cultura Física de la BUAP ha obtenido cerca de 40 medallas en
lucha olímpica, de las cuales la mitad son de oro, sólo dos de bronce y el
resto de plata.
En
el último año, sus más recientes logros son medallas de oro en el Primer
Clasificatorio Nacional Grand Prix “Todos Estrellas 2021”, realizado en
diciembre de 2021 en Oaxtepec, Morelos; en el Segundo Selectivo Nacional
Clasificatorio 2022, efectuado en Guadalajara, Jalisco, del 27 al 30 de enero
pasado, y en los Juegos Nacionales CONADE 2022, en Mexicali, Baja California.
De esta última justa consiguió su pase al Campeonato Panamericano Juvenil de
Luchas Asociadas, en Oaxtepec, Morelos, donde ganó medalla de plata.
Su
incursión en el deporte fue a los 9 años con karate, gimnasia y, finalmente, en
lucha asociada, disciplina que practica hasta el día de hoy, junto con sus dos
hermanos, quienes también han participado en competencias. “Al principio el
entrenador nos ponía sólo juegos, yo no quería un deporte de verdad. Decía:
‘voy a engañar a mis papás con una de jueguitos’.
Después nos inculcaron la técnica. Me gustó mucho y me quedé”.
La
recientemente galardonada con el Premio Estatal del Deporte 2022, en la
modalidad de deportista, otorgado por la Comisión Nacional de Cultura Física y
Deporte (CONADE), a través del Instituto Poblano del Deporte, inició en la
categoría de 30 kilos y actualmente compite en la categoría Juvenil, división
55 kilogramos.
La
obtención de este reconocimiento, asegura, fue una sorpresa, porque en años
anteriores se había postulado y no fue seleccionada. “Había entregado papeles
en años pasados para ser premio estatal, pero siempre me los regresaban, no era
candidata. Que me los aceptaran en esta ocasión me hizo sentir muy feliz”,
sonríe y sus grandes ojos destellan alegría.
Pese
a las exigencias de la actividad física, no descuida sus estudios. Pronto
pretende terminar su carrera, ejercer y, más adelante, tener su propio
gimnasio. “La lucha olímpica es bastante estricta; si no tienes la pasión, es
difícil. A veces tienes que centrarte demasiado y tienes que dar un peso, la
exigencia en las competencias es demasiada. Es difícil, pero a mí me da una
satisfacción enorme practicarla”.
Margot
es una enamorada del deporte; toda disciplina deportiva tiene su grado de
complejidad, considera. Conforme avanza en su carrera, descubre nuevas
disciplinas y no sabe cuál será su predilecta.
“En
un inicio pensaba ser entrenadora de lucha y ahora no sé lo que quiero”, ríe
con nerviosismo, pero prosigue y dice contundente: “De algo estoy convencida,
el deporte me encanta y desde que entré a lucha olímpica tuve en claro que este
era mi camino”.
Tan
es así que su sueño es competir en los Juegos Olímpicos. Para alcanzar esta
meta entrena todos los días, “sé que me falta mucho, porque los próximos son en
París en 2024, pero estoy segura de que algún día voy a llegar a esta justa
deportiva”.