Por
Ricardo Hernández Esparza
Lobos
BUAP, una realidad
Hubo
en el pasado intentos, algunos buenos, otros regulares y uno francamente para
olvidar, para darle a nuestra máxima casa de estudios un representativo
profesional de futbol que se convirtiera, antes que nada, en el equipo
consentido de la comunidad universitaria.
Lo
cierto es que fue hasta hace relativamente poco que el sueño de muchos empezó a
volverse real y tangible. Y en ello mucho tuvo que ver el actual Rector de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Alfonso Esparza Ortiz.
Porque
el actual rector ya hacía una labor importante en la institución cuando
surgieron aquellos Lobos de la Prepa Benito Juárez, sí, aquellos que se fueron
ganando el corazón de los aficionados con sus duelos en la cancha de la unidad
académica ubicada por el rumbo de San Baltazar y que en una promoción, luego de
jugar una final por el ascenso a Primera “A” que se perdió con Pachuca Juniors,
llegaron a la antesala del máximo circuito.
Se
jugó entonces en el actual estadio Universitario que estaba a medio terminar,
pero la visión y el anhelo era concluir esa obra y darle un digno escenario a
un equipo que haría sus pininos en esa división. Y ahí estaba ya Esparza Ortiz,
entonces en su papel de Tesorero de la BUAP.
Poco
a poco el proyecto se fue cristalizando hasta que, inicialmente, el estadio
quedó finalizado y digno para albergar un cuadro de la división de ascenso
mientras los Lobos disputaban sus partidos como local en el Estadio Cuauhtémoc.
Entonces
empezó la mejor etapa del equipo.
Y
no me refiero solamente a que la escuadra universitaria empezó a llegar
constantemente a las liguillas y por ahí acarició la posibilidad del ascenso,
sino que, de la mano, fue convocando a la comunidad universitaria a hacer una
sana costumbre acudir a los juegos después de asistir a clases y el
estudiantado empezó a sentir que ese conjunto era suyo, se empezó a identificar
con el mismo, sobre todo cuando vieron que existía la posibilidad real de
formar parte del plantel, a través de compañeros que se unían a la escuadra y
un día debutaban con el equipo.
El
objetivo se estaba cumpliendo.
Pero
la magia de lo que estaba haciendo Lobos trascendió el campus y el público en
general empezó a acercarse y entonces, con una gran visión, la directiva los recibió
con las puertas abiertas y el resultado es que todos ellos siguieron acudiendo
al estadio y empezaron a llevar a sus amigos y conocidos para ver “al equipo
que dejaba alma, corazón y vida en la cancha”.
Por
eso es que hoy, a nadie sorprende que al llamado de Lobos BUAP, la gente llegue
al Universitario y haga buenas entradas cada vez que hay juego del equipo, “su”
equipo.
Porque
Lobos BUAP se preocupó por lograr la “identidad” con su gente y con el público
en general gracias a un proyecto con bases muy sólidas que incluyó, aunque
pocos lo saben, el estudio del esquema de los Pumas de la UNAM por parte del
actual rector de la máxima casa de estudios poblana.
Sí,
amigos, Lobos BUAP no es obra de la casualidad o de un golpe de suerte, es
resultado del trabajo siempre profesional del hombre que hoy comanda a la
institución que se ha sabido rodear de un gran equipo de trabajo al que hoy se
suman personas que aman el futbol, pero sobre todo, a la BUAP.
Mucho
éxito a todos en esta nueva etapa.
Nos
leemos la próxima semana. Mientras, les invito a seguirme en el Twitter
@DeporPueblaRHE.